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Los mejores Renault turbo de la historia

  • Foto del escritor: Miguel Marcos
    Miguel Marcos
  • 21 mar 2019
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 6 abr 2019

Hace 40 años que un motor turbo ganó la primera carrera de F1, fue de la mano de Renault y sentó las bases de lo que fue una exitosa relación que se tradujo en modelos de calle de lo más interesantes. Estos son los 10 mejores Renault Turbo de la Historia.


A estas alturas el hito puede parecer baladí, pero en 1979 era impensable que ocurriera y, sin embargo, el pequeño bloque 1.5 turboalimentado de la marca francesa consiguió ganar a los atmosféricos de 3,0 litros en el Gran Premio de Francia. Aunque ha entonces no adquiriera relevancia, la marca francesa ha tenido una larga relación con este tipo de alimentación ya que en 1902 Louis Renault realizó una patente para “incrementar la presión del aire en los cilindros mediante un ventilador o un compresor”.


Fue a principios de la década de los 70 cuando el turbo empezó a montarse en modelos de Renault, lo que primero llevó a ganar la carrera Critérium des Cévennes en el 72 con un Alpine A110, después a hacerse con la victoria de las 24 Horas de Le Mans de 1978 y, posteriormente, a poner el objetivo en la Fórmula 1.



Renault F1 RS 10 (1979)



El origen de todo. Es el monoplaza con el que Renault ganó su primer Gran Premio en el 79 y la primera victoria de un motor turbo en la competición. Fue la culminación de un proceso de desarrollo que comenzó en el 75: nació como un bloque 1.5 V6 turbo que no debutó hasta el 77 en el Gran Premio de Reino Unido y que hasta el 79 no adoptó su configuración final de doble turbo. Con un peso total de 180 kilogramos, era capaz de girar hasta a 12.000 vueltas por minuto.


Renault 18 Turbo (1980)




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Como suele ocurrir, poco tardó en aplicarse la tecnología de competición a los modelos de calle, siendo el Renault 18 turbo el primero de ellos. El sedán familiar consiguió así añadir carácter deportivo a su personalidad, para cuando hiciera falta. Su motor era un 1.6 tetracilíndrico de aluminio que entregaba 110 CV, cifra que ahora parece modesta pero que era reseñable en aquella época, y tenía colocado el turbo por delante del carburador.


Renault 5 Turbo (1980)



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Posiblemente el más ilustre de todos los modelos que conforman esta lista, el Renault 5 Turbo es un modelo muy especial. Fue la cima de lo que podía ofrecer el R5 y su concepción, creando primero la versión de competición y luego desarrollando la de calle (al revés de lo que solían hacer las marcas), es lo que hizo que fuera tan radical. Un motor 1.4 con turbo T3 Garrett entregaba 160 CV que las ruedas traseras se encargaban de digerir como buenamente podían



Renault 5 Alpine Turbo (1981)


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Era un paso lógico que la que era la versión más deportiva del utilitario hasta la llegada del 5 turbo, recibiera su propia ración de turboalimentación. A su bloque 1.4 le sentó de maravilla, experimentando un incremento sustancial tanto en su potencia como en su par máximo: pasó de 93 a 110 CV y de 108 a 147 Nm


Renault Fuego Turbo (1983)




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El Renault Fuego era uno de los coupés más deseados de la época e incluso contaba con una versión turbo con motor diésel, pero no fue hasta 1983 cuando estrenó su variante tope de gama. Partía de la base mecánica del 18 Turbo, con un bloque 1.6 al que se asociaba un turbo Garret T3 y que entregaba 132 CV de potencia. Esto, sumando a su buena aerodinámica, hacía que fuera un coche realmente rápido, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos y de alcanzar una velocidad máxima de 200 km/h


Renault 11 Turbo (1984)




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Cuando se le acopló el turbo Garret T2 a su motor 1.4 el Renault 11 se convirtió en uno de los deportivos compactos más interesantes de la época. Su carrocería de tres puertas (aunque en Francia también vio la luz una de cinco en 1985) y elementos de diseño como los vinilos laterales adelantaban una deportividad que estaba a la altura: con 105 CV y 157 Nm de par máximo, era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9 segundos, alcanzando una velocidad punta de 1986.


Renault 9 Turbo (1985)



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El siguiente paso lógico era que la versión de tres volúmenes del 11 también recibiera su variante Turbo. Montaba el mismo propulsor 1.4 con un Garret T2 para desarrollar 105 CV de potencia y tenía una velocidad máxima de 184 km/h.


Renault 5 GT Turbo (1985)




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Fue el reemplazo del Renault 5 Alpine Turbo que vio la luz en 1981 y utilizaba el mismo motor que los 11 Turbo y 9 Turbo, aunque con piezas específicas como la bomba de aceite, la junta de la culata o el colector de admisión. Además, la configuración del turbo hacía que mejorase su respuesta. Desarrollaba 115 CV y era capaz de llevar el modelo hasta los 200 km/h.


Renault 21 2L Turbo (1987)


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Fue la respuesta de la casa francesa para competir contra los sedanes deportivos de las marcas premium alemanas de mediados de los 80. Su motor 2.0 (de 175 CV y 270 Nm de par) fue bastante especial ya que, fabricado en aleación ligera, fue el primero en contar con una unidad de control electrónica que manejaba de manera simultánea la inyección, la ignición y la presión del turbo, que era un T3 Garrett refrigerado por agua. De esta manera entregaba el máximo par posible a cualquier régimen de giro y mantenía una temperatura óptima.


Renault Safrane Biturbo (1993)





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Combinaba el confort de una berlina con un diseño de estilo coupé y la deportividad que le otorgaba tanto el chasis desarrollado por Irmscher como el motor, en el que trabajó Hartge. Se trataba de un bloque 3.0 V6 que montaba dos turbos K04 KKK que, además de hacerle entregar 268 CV de potencia, permitían que su respuesta fuera más inmediata y que el 97% de su par total (365 Nm) estuviera disponible en un amplio abanico de revoluciones, desde las 2.300 hasta las 5.000.









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